Desde que nací él fue mi amor, mi todo.
Me enseñó a comprender el mundo, a investigar más allá de lo establecido, a amar aceptando todos los defectos y virtudes. Me educó en la mayoría de todo lo que hoy sé.
Me creó dudas y certezas, me demostró que no es necesario permanecer presente para amar a alguien y que a pesar de todos los errores cometidos siempre podría tener su alma a mi disposición. Sería capaz de entregar hasta la última gota de su sangre por mi honor y mi vida y, aunque no siempre se lo muestre, realmente sería capaz de hacer lo mismo por él.
Es la persona que ha marcado mi vida. Es y ha sido mi primer amor, mi gran amor. Un amor que jamás me ha fallado. Un amor real, verdadero e inconmensurable.
Este amor es mi padre, la razón de mi existencia.
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