lunes, 15 de abril de 2013

Regreso.

En la triste soledad, observo
no busco, sólo encuentro.
Una mirada de pasión,
un beso a traición.
En la penumbra de la noche,
bajo la mirada de las estrellas.
Permanecer es un derroche,
pues no habrá más que ellas.
El silencio del tiempo,
el aroma del viento.
Al aire el corazón,
dejando que vuele.
Dulce tono de amor,
todo se reduce a un latido.
Es sentir un ardor
de fruto prohibido.
Démonos un sólo momento,
y con duro detenimiento
obedezcamos a la intuición,
si no regresó fue por temor.
Temor a la debilidad,
de un cálido susurro,
Ansias de libertad,
y un mar de orgullo.
Desearía de un soplo hallarte,
pero cuando la Luna desaparece
y brilla el fuego en el aire,
mi melancolía se desvanece.
No es falta de amor,
no es pecado, ni terror.
Es desespero sin perdón,
unido a falta de valor.

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