domingo, 21 de octubre de 2012

Presente.

He perdido las ganas, la esperanza y el tiempo. Nada es como antes, todo ha perdido su sentido.
¡Oh, pobre de mí! Lo único que siento es nostalgia.
Recuerdo aquellos días en los que estaba enamorada, aquellos días en los que podía pensar con detenimiento en los pequeños detalles. ¿Qué sucedió? Simplemente crecí y maduré.
Se fue el amor, desapareció de mi vida. Como un eclipse total apareció un día con una hermosura atrayente y en cuanto fijé mis ojos en él me hizo daño y desapareció. Mis ojos no volverán a verle, pasarán décadas y yo ya habré muerto sin haber vuelto a ver esa hermosura atrayente, el amor.
¡Cómo lo extraño! Un beso apasionado, un cálido abrazo, una mirada sincera y unas tiernas palabras. Sólo deseo retroceder en el tiempo y volver a aquellos días en los que el amor era mi único abrigo. Volver a ese amor feroz, incansable y lleno de engaños, aquel que me hacía daño pero me daba fe.
No me importa lo que la gente opine, deseo volver a ser lo que era; una feliz ignorante que no sabía que él no la amaba, una ignorante que amaba con locura y daba su vida por amor, dispuesta a soportar cualquier tormenta por volver a tener al amor entre sus brazos.
¡Oh, pobre de mí! ¿Porque abrí los ojos? ¿Porque maduré? ¡Con lo feliz que era siendo una ignorante!
Ahora vivo una odiosa rutina; ya no hay nadie que con una mirada haga sentir dentro de mí una chispa, como si ardiera el corazón, sintiendo mil sensaciones al mismo tiempo.
Aprovechad vuestra juventud, porque con los años las sensaciones se adormecen y el romanticismo tiende a desaparecer. Vivid el amor con pasión, como si no existiera un mañana. Llenad cada día de sonrisas e ilusiones porque cada día que habéis vivido pertenece al pasado, ese día no volverá a repetirse, no hay vuelta a atrás. Vivid sin arrepentimientos y sin necesidad de volver al pasado. Cread un presente mejor que el pasado y no perdáis vuestro presente con un pasado que ya no tiene futuro.