Oh fiel amante que cada día me visitas sin que nadie se percate de ello.
Oh dulce placer tenerte entre mis brazos de nuevo.
No eres tan solo un amante, eres más que eso.
Eres un deseo irrefrenable, un capricho del destino, una obsesión desesperante...
¡Ven a mis brazos!
¡Dame tus besos!
Te ordeno que una noche más seas el dueño de mi cuerpo.
Acércate, juega con el tiempo. Demuéstrale que no le necesitas para vivir esta pasión irracional.
Enlacémonos como largas enredaderas, cuerpo frente a cuerpo, brazo sobre brazo, suspiros entre besos.
Enlacémonos tan fuertemente que nuestros cuerpos parezcan uno solo.
Esta noche, como todas las noches, la luna ha salido y a mi casa ha entrado el sol
dispuesto a intercambiar mis besos por su plácido calor.
Oh fiel amante que cada día me visitas sin que nadie se percate de ello.
Oh dulce placer tenerte entre mis brazos de nuevo.
La brisa del mar de tus labios es sin duda las más bella melodía
el aroma de tu piel con la mía es el perfume de la tentación.
No te marches aún fiel amante.
Acércate una última vez esta noche y déjame susurrarte casi en un suspiro que no eres tan solo un amante, eres más que eso.
Eres un deseo irrefrenable, un capricho del destino, una obsesión desesperante...
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