viernes, 1 de agosto de 2014

NADA

El silencio se ha ido,
se ha quedado el ruido.
El mundo es sólo sonido.

Las gentes odian la NADA.
Todo está abarrotado,
ridículamente sobrecargado.

Detestan el silencio.
No lo entienden,
no lo conocen.

O sí,
y aún no lo saben.

Se ama en silencio,
al margen de la vida.

Se odia en calma,
sin que nadie te oiga.

Se duerme a oscuras,
en la noche,
en la NADA.

Se hace el amor acompañado,
entre suspiros,
sin decir NADA.

La felicidad es eso,
NADA.
Y ellos no lo entienden.

Y es por eso que,
quizás sean infelices.
Por eso.

Y es por eso que,
quizás yo te ame.
En la NADA.

Cuando callas,
cuando no actúas.
NADA.

Ahí te amo yo,
cuando no hay nada.
En tu estado puro.

Las letras son inciertas,
a veces,
pero no en la NADA.

Tu palabra no es tuya,
quizás sí,
o sólo puro artificio.

Es indigna de ti,
a veces,
otras un exceso.

Mas en la NADA...
Ahí eres tú.
NADA, carne.

Y así te amo yo.
Cuando callas,
cuando eres tú.

Cuando no eres NADA
y a la vez eres todo.
Eres tú, amor.

Eres todo y NADA.
Libre de ti,
de la vida.

Pero esclavo del silencio,
de mi silencio,
de nosotros.


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