lunes, 4 de julio de 2016

Pura ficción

Creo que me estoy volviendo loca. El mundo ha dejado de parecerme real, las cosas no tienen sentido, la sociedad es para mí más cruel cada día, amanece diferente, todo me asusta. El paso del tiempo y la falsedad de esta vida son lo que más miedo me da. Todo es mentira a mi parecer y no encuentro una salida, una escapatoria. La ilusión desaparece precisamente porque no veo futuro a este mundo cruel e irreal. Ahora tengo tiempo, ¿y qué? No sé dónde meterme ni qué hacer con él. Escribir ya no alivia y viajar ya no sé si me llena. Tengo un gran mal interno que nadie puede curar. Creía que este era el camino, pero me siento encerrada y asustada. Soy un pequeño ratón enjaulado y rodeado de ratoneras. Haga lo que haga sufriré, y no estoy preparada para sufrir más. Ahora sufro por el miedo y no decido por el pánico. El futuro es aún más negro y ya no sé si quedarme en la jaula rodeada de ratoneras o arriesgarme a salir aunque sepa que voy a tener que soportar el dolor de todas ellas hasta lograr escapar. ¿Realmente qué compensa más? En frío es fácil decir "¡Huye!", pero soportar ese sufrimiento es más complicado de lo que parece. No estoy lista para avanzar, pero tampoco para quedarme. 
La vida ha perdido sentido. Nada es real, la vida es pura ficción porque al final acaba. La vida es una construcción de ficciones sin importancia. Esto no es real y a nadie le importa, y si le importara, realmente no importaría porque esa persona morirá y su opinión quedará para el olvido. La vida puede ser una ficción hermosa o terrorífica, pero siempre una pura invención. Somos personajes condicionados que se desarrollan en un espacio-tiempo y mueren, dando a sus sucesores parte de sus condicionamientos ficticios. 
Siempre he sido una persona llena de sueños y esperanzas, una persona, al fin y al cabo, extraña, pero nunca imaginé llegar a este punto de rareza. A veces creo que soy la única persona que mira el mundo de este modo. Me siento marioneta del destino y, sin embargo, sé que el destino es una ficción  que yo creo. No entiendo muchas cosas, de hecho, no entiendo nada; y es por eso que no encuentro la felicidad. Cómo entiendo a los poetas. Son personas que, como yo, se han parado y han observado el mundo como nadie más lo hace. Los poetas sufren porque conocen cosas que los demás mortales no se han parado a pensar u observar. Qué dura es la vida, queridos poetas, y qué bonita intentamos pintarla de vez en cuando para aliviar las penas y calmar el alma. Pintamos rayos de sol donde hay melancolía y paisajes hermosos donde tan solo hay deseos de libertad y esperanza. Somos así y no tenemos otro modo de decirlo. Alivia más una carta que un millón de palabras habladas.