Etiquetas.
¿Por qué nos hacen usar etiquetas? La gente guapa debe salir supuestamente con gente guapa, la gente fea con gente fea, la gente gorda con gente gorda, blancos con blancos, negros con negros, hombres con mujeres. Y si mezclamos etiquetas todos preguntan: ¿Qué hace una persona así con una persona como esa?
La sociedad va de revolucionaria y moderna, pero luego no soporta los cambios ni las mezclas cuando se dan. La sociedad nos etiqueta en una cinta transportadora, como en una cadena de montaje. De uno en uno van pasando todos por esa cinta desde la infancia. Gordo, feo, bajito, tetona, gay, calzonazos, friki... une etiqueta para ti y otra para el siguiente, todos en la fila, no os salgáis de la cola, porque si os salís también os pondrán etiqueta aunque sea de ausente, rezagado, aislado o tímido. Nos marcan para toda la vida como al ganado y nosotros asumimos ese rol, imposibilitando el cambio. Después vienen los "no voy a hablarle a esa persona porque yo tengo la etiqueta de gorda y él de guaperas" o "no podría salir con ella porque es popular y yo friki". La inseguridad, las dudas, la baja autoestima, los calentamientos de cabeza, la imposibilidad de avanzar, el miedo... Todo por una simple etiqueta de fábrica que se podría arrancar con las manos o incluso tapar con otra etiqueta como hacen muchas empresas hoy en día, suprimiendo todo origen y característica. Estamos tan pendientes del resto que olvidamos qué queremos ser y pasamos a ser qué creen que soy o cómo quieren que sea. Y con las redes sociales esto no ha mejorado sino que ahora, además, necesitamos la aprobación de nuestros seguidores, de aquellos seguidores que nos etiquetan y deciden si aprueban nuestro modo de llevar la etiqueta o no. Estamos expuestos constantemente a un César en el centro de un coliseo romano y su "like" o "dislike" marca nuestra seguridad, nuestras dudas y nuestra autoestima. Estamos pendientes de si hemos gustado o si deberíamos cambiar para agradar más al César. Queremos la aprobación de aquellos que nos han etiquetado y de ese modo nos reafirmamos en nuestro rol y lo vamos perfeccionando.
Vivimos en un mundo absurdo y caótico de opiniones vacías en cabezas huecas y nos importa más lo que diga una panda de borregos guiados por un Iphone que lo que nosotros mismos opinamos. Mi etiqueta va a ser de inconformista y esta me la pongo yo misma y la cambiaré, combinaré, romperé o quemaré cuando me venga en gana, pero no voy a depender de ella para buscar aprobación.
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