sábado, 4 de noviembre de 2017

Conexiones

Vivimos tan conectados que no sabemos conectar.
Somos cuerpos vacíos que pasean arrastrando los pies.
Nos vemos en la necesidad de huir del gentío para sentirnos en paz.
Sin embargo, nos marchamos sin dejar de estar conectados y desconectar para conectar.
Queremos calma y nos llevamos guerras.
Hemos pasado a hacer de los viajes imágenes, sin oler las calles y escuchar sus sonidos.
Nos reunimos para hablar con las personas que no están ahí.
Necesitamos llenar nuestro tiempo con aparatos absurdos e ignoramos lo que de verdad necesitamos.
Y se empieza a apreciar más aquello que es artificial que las charlas bajo las estrellas.
Y así somos.
Tenemos miedo de los "apocalipsis zombies" sin darnos cuenta de que ese día ya ha llegado; y, nosotros, no devoramos cuerpos de forma masiva,
sino almas.