La delicada línea que acaba donde se desliza tu mano, que se inicia donde tus labios se posan y mi pelo te cierra los ojos.
Esa suave línea que duerme acompañada de tu pecho y se retuerce cuando siente tu aliento a un milímetro de la perfección.
Las mañanas son más dulces y las noches más salvajes o viceversa.
Recogemos el aroma del deseo, lo extendemos por nuestro territorio y lo sellamos con un beso.
Y, cuando te vas, esa línea se queda desnuda, desamparada y con ansias de ti.
Y yo inhalando un perfume de sudor y besos y memorando las caricias que volveremos a darnos.
domingo, 22 de abril de 2018
martes, 17 de abril de 2018
¡Un pájaro!
Soy una persona de mente distraída.
No puedo centrarme tan solo en una cosa.
Ni siquiera puedo prestar toda mi atención si algo me interesa.
Escucho, escucho, escucho, tengo que hacer esto y lo otro, vaya, escucho.
Soy una persona de mente distraída.
¿Has visto eso? ¿No? Bueno, da igual, sigue hablando.
Para mí es más fácil hacer cuatro cosas a la vez que una.
Y es que puedo ser más eficiente siendo una ida de mente.
A veces le doy vueltas a todo y otras lo suelto a ver.
Tengo incoherencias, incongruencias y toda clase de inencias.
Soy una persona de mente distraída
que sueña despierta y también dormida.
A veces le doy vueltas a todo y otras lo suelto a ver.
No me gustan las rimas mas si tengo una la dejo caer.
Y volvemos a la distracción y las inencias.
No puedo seguir con lo mismo todo el tiempo.
Pero, ¿qué le vamos a hacer?
Soy una persona de mente distraída
Ya no sé de qué estaba hablando.
¡Un pájaro!
No puedo centrarme tan solo en una cosa.
Ni siquiera puedo prestar toda mi atención si algo me interesa.
Escucho, escucho, escucho, tengo que hacer esto y lo otro, vaya, escucho.
Soy una persona de mente distraída.
¿Has visto eso? ¿No? Bueno, da igual, sigue hablando.
Para mí es más fácil hacer cuatro cosas a la vez que una.
Y es que puedo ser más eficiente siendo una ida de mente.
A veces le doy vueltas a todo y otras lo suelto a ver.
Tengo incoherencias, incongruencias y toda clase de inencias.
Soy una persona de mente distraída
que sueña despierta y también dormida.
A veces le doy vueltas a todo y otras lo suelto a ver.
No me gustan las rimas mas si tengo una la dejo caer.
Y volvemos a la distracción y las inencias.
No puedo seguir con lo mismo todo el tiempo.
Pero, ¿qué le vamos a hacer?
Soy una persona de mente distraída
Ya no sé de qué estaba hablando.
¡Un pájaro!
domingo, 4 de marzo de 2018
Cridar al vent
Els ocells volaven, les fulles queien i sentíem la boira.
Respiràvem l'aire pur, menjàvem pà i escoltàvem els oceans.
La vida era poesia, els avis filòsofs i la naturalesa música.
Però tot allò va quedar, en part, enrere.
Varen deixar de tindre importància els ocells.
Si les fulles queien es fèien una foto i res més.
Es queixaven de la boira i de l'aire brut.
El pà duia substàncies nocives amagades.
I els oceans varen ser embrutats per sempre.
El món va pasar a ser ficció, on la bellesa només es veia mitjançant una pantalla.
On eren més pobres que mai perquè tenien necessitats inecessàries.
Es va perdre el sentit de la realitat, tot era brutícia i soroll.
Queixes, injustícies, rebuig i pèrdues.
I aleshores naix una veu entre tantes altres.
Una veu que vol reclamar el que per vida li pertany.
Puja a la cima de la muntanya i es disposa a orar.
En mig del caos i d'una absurda lluita continua.
Alça els braços i solta orgullosa el seu discurs a plena veu.
Però té la sensació de no haver segut sentida.
Hi ha tant de soroll que mai s'escolta el que cridem al vent.
Respiràvem l'aire pur, menjàvem pà i escoltàvem els oceans.
La vida era poesia, els avis filòsofs i la naturalesa música.
Però tot allò va quedar, en part, enrere.
Varen deixar de tindre importància els ocells.
Si les fulles queien es fèien una foto i res més.
Es queixaven de la boira i de l'aire brut.
El pà duia substàncies nocives amagades.
I els oceans varen ser embrutats per sempre.
El món va pasar a ser ficció, on la bellesa només es veia mitjançant una pantalla.
On eren més pobres que mai perquè tenien necessitats inecessàries.
Es va perdre el sentit de la realitat, tot era brutícia i soroll.
Queixes, injustícies, rebuig i pèrdues.
I aleshores naix una veu entre tantes altres.
Una veu que vol reclamar el que per vida li pertany.
Puja a la cima de la muntanya i es disposa a orar.
En mig del caos i d'una absurda lluita continua.
Alça els braços i solta orgullosa el seu discurs a plena veu.
Però té la sensació de no haver segut sentida.
Hi ha tant de soroll que mai s'escolta el que cridem al vent.
viernes, 12 de enero de 2018
El fin del principio de Septiembre
El tiempo juega con ases.
Has pasado a ser una idea, un concepto en mi mente.
Ya no pienso en ti con cuerpo y alma, sino como algo intangible.
Un nombre que me hace daño y que evoca recuerdos sin cara.
Un nombre que traumatiza y da dolor de cabeza.
El mismo nombre que produce amor y repudio.
Comento lo malo para olvidar lo bueno.
No quiero saber qué hiciste bien, pues no hay vuelta atrás.
Diez años contigo, algunos sueltos sin ti, dos contigo, uno a medias y meses vacíos.
¿Y qué nos queda? Un último recuerdo espantoso. Una marca, un dame y un adiós.
No supimos despedirnos en más de un año a pesar de distancia, tiempo y acciones y, de pronto, ocurre.
Yo ni con mil te olvido y tú en un acto que ni te agrada cierras el telón.
Esta obra no tiene sentido, nunca lo tuvo.
Y es que somos diferentes, pero y cuánto nos amamos...
¿Y dónde estás ahora? Pensando que nunca te quise con todo lo que te di.
Y finalmente te fuiste sin adiós, cerraste la puerta de una portazo y no te vi más
y mi corazón se encogió un poquito más y mis ojos ya no lloraron.
Has pasado a ser una idea, un concepto en mi mente.
Ya no pienso en ti con cuerpo y alma, sino como algo intangible.
Un nombre que me hace daño y que evoca recuerdos sin cara.
Un nombre que traumatiza y da dolor de cabeza.
El mismo nombre que produce amor y repudio.
Comento lo malo para olvidar lo bueno.
No quiero saber qué hiciste bien, pues no hay vuelta atrás.
Diez años contigo, algunos sueltos sin ti, dos contigo, uno a medias y meses vacíos.
¿Y qué nos queda? Un último recuerdo espantoso. Una marca, un dame y un adiós.
No supimos despedirnos en más de un año a pesar de distancia, tiempo y acciones y, de pronto, ocurre.
Yo ni con mil te olvido y tú en un acto que ni te agrada cierras el telón.
Esta obra no tiene sentido, nunca lo tuvo.
Y es que somos diferentes, pero y cuánto nos amamos...
¿Y dónde estás ahora? Pensando que nunca te quise con todo lo que te di.
Y finalmente te fuiste sin adiós, cerraste la puerta de una portazo y no te vi más
y mi corazón se encogió un poquito más y mis ojos ya no lloraron.
sábado, 6 de enero de 2018
Año nuevo, ¿vida nueva?
Antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, tu vida será un desastre.
Habrás ganado peso, tu trabajo no te llenará, llevarás una vida sedentaria, habrás tenido muchos fracasos amorosos y no tendrás mucho dinero.
Antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, creerás que a las doce todo será distinto.
Creerás que comerás mejor y harás deporte, conseguirás un ascenso que te llevará a ganar más dinero y, por fin, aparecerá alguien en tu vida.
Antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, muchos piensan que un año nuevo pone fin a una parte de lo que somos e inicia una vida nueva distinta de la anterior.
Yo digo que un cambio de año sólo supone que el primer o segundo mes seguiré escribiendo 2017 en lugar de 2018.
Y es que, antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, las cosas son de una manera y, después de las doce, siguen siendo así.
El mundo no se para y las personas no se convierten de pronto en aquello idílico que desearían ser. No se necesita un cambio de año, sino voluntad.
La mayoría se llena de absurdos propósitos que no llegan a cumplir más que un par de semanas, y esperan al año siguiente para volver a autoengañarse.
¿Y si luchamos por lo que queremos ahora y dejamos que esos deseos se cumplan ya sin depender de una fecha que no tiene nada de místico?
El planeta no cambia porque cumpla un año. Nosotros inventamos el tiempo, así que todo es tan falso como nosotros mismos.
Desear, luchar y alcanzar la meta. En cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, sin fechas ni supersticiones.
Ahora.
Habrás ganado peso, tu trabajo no te llenará, llevarás una vida sedentaria, habrás tenido muchos fracasos amorosos y no tendrás mucho dinero.
Antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, creerás que a las doce todo será distinto.
Creerás que comerás mejor y harás deporte, conseguirás un ascenso que te llevará a ganar más dinero y, por fin, aparecerá alguien en tu vida.
Antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, muchos piensan que un año nuevo pone fin a una parte de lo que somos e inicia una vida nueva distinta de la anterior.
Yo digo que un cambio de año sólo supone que el primer o segundo mes seguiré escribiendo 2017 en lugar de 2018.
Y es que, antes de que las manecillas del reloj toquen las doce, las cosas son de una manera y, después de las doce, siguen siendo así.
El mundo no se para y las personas no se convierten de pronto en aquello idílico que desearían ser. No se necesita un cambio de año, sino voluntad.
La mayoría se llena de absurdos propósitos que no llegan a cumplir más que un par de semanas, y esperan al año siguiente para volver a autoengañarse.
¿Y si luchamos por lo que queremos ahora y dejamos que esos deseos se cumplan ya sin depender de una fecha que no tiene nada de místico?
El planeta no cambia porque cumpla un año. Nosotros inventamos el tiempo, así que todo es tan falso como nosotros mismos.
Desear, luchar y alcanzar la meta. En cualquier momento, bajo cualquier circunstancia, sin fechas ni supersticiones.
Ahora.
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